La voz de la naturaleza

El año 2024 fue el más cálido en Europa, con temperaturas récord en casi la mitad del continente, según el informe anual sobre el estado del clima en Europa, publicado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

En julio de 2024, el sureste de Europa experimentó la ola de calor más prolongada que se ha registrado.

El informe destaca 2024 como uno de los diez años más lluviosos desde 1950 y calcula que las borrascas e inundaciones afectaron a 413.000 personas en Europa y que al menos 335 personas perdieron la vida.

World Vision Internacional es una organización cristiana humanitaria de desarrollo, dedicada a trabajar con la niñez, juventud, sus familias y comunidades para reducir la pobreza y la injusticia. Se dedican a trabajar con la gente más vulnerable del mundo, independientemente de su religión, raza, grupo étnico o género.

Los desastres provocados por el clima, como sequías, inundaciones y olas de calor, están intensificando la escasez de recursos y las tensiones sociales.

World Vision fue fundada en 1950 por Bob Pierce, para responder a las necesidades de miles de niñas y niños huérfanos a causa de la guerra en Corea. Actualmente, la organización está conformada por una confederación mundial de 100 países en los cinco continentes.

El concepto dark diversity, que se puede traducir como diversidad oscura o ausente, es como se conoce a la identificación de las especies potenciales que podrían vivir en un determinado lugar, pero que están ausentes. Se trata una nueva forma de medir el impacto de la actividad humana, cuyo trabajo más completo hasta la fecha se ha publicado en la revista Nature.

Tras analizar 5.500 lugares de todo el mundo, demostraron que en áreas con una huella humana mayor solo se detectan una de cada cinco especies que podrían crecer en ese territorio.

El estudio analizó registros de vegetación de 5.500 lugares de 119 regiones en todo el mundo y evidenció un impacto de las actividades humanas en la vegetación natural que no habría sido detectado con métodos tradicionales.

Son nuestros enemigos letales, los máximos depredadores de la humanidad. Al propagar enfermedades como el dengue, la malaria, el virus del Nilo, la fiebre amarilla, el zika, el chikungunya y la filariasis linfática, causan alrededor de un millón de muertes al año, más que cualquier otra criatura en el mundo.

La naturaleza ha tenido millones de años de prueba y error para desarrollar estructuras y métodos aparentemente contraintuitivos.

Y, sin embargo, en sus antenas quizás se esconda nuestra salvación. “Los mosquitos podrían inspirar nuevas formas de detectar desastres naturales como terremotos y tsunamis”, cuenta a SINC el ingeniero civil Pablo Zavattieri.

Los embalses españoles siguen acumulando agua. Las abundantes lluvias del mes de marzo y el deshielo parcial típico de la primavera están haciendo subir las reservas hídricas de las cuencas españolas hasta alcanzar los casi 50.000 hectómetros cúbicos, lo que supone más del 70% de la capacidad total, según datos oficiales, casi 10 puntos por encima del promedio de los últimos 10 años.

Las lluvias de primavera han llenado los embalses españoles hasta 10 puntos por encima del promedio alcanzado en los últimos 10 años.

Preguntamos al experto Miguel Aguado Arnáez, divulgador ambiental y profesor del Máster en Economía Circular, Sostenibilidad y Gestión ESG de la Universidad Europea, hasta qué punto esta situación contribuye a paliar la situación de emergencia por sequía y cómo se gestiona la reserva hídrica nacional. 

A lo largo de la historia, los seres humanos hemos interactuado con el medio ambiente y con las demás especies para satisfacer nuestras necesidades, desde la obtención de alimentos hasta la construcción de infraestructuras y el desarrollo de tecnologías.

Lo que antes se consideraban recursos inagotables, como los bosques, los océanos y la biodiversidad, ahora están en peligro debido a nuestras acciones.

Sin embargo, el ritmo acelerado de crecimiento económico e industrial en las últimas décadas ha transformado profundamente esta relación, pasando de una coexistencia relativamente equilibrada a una explotación desmedida de los recursos naturales.

«La variabilidad ambiental moldea la historia de la vida de las aves del mundo«. En pocas palabras, esta fue la conclusión que extrajeron Adriana Uscanga, Peter Williams y Jeffrey Doser de la investigación que dirigieron en el Instituto de Biodiversidad, Ecología, Evolución y Macrosistemas (IBEEM) de la Universidad Estatal de Michigan. 

Un estudio realizado por la Universidad de Michigan ha puesto el foco en cómo están adaptándose los pájaros a los cambios de temperaturas. 

Y es que, tal como han podido comprobar, todas las especies de aves toman decisiones estratégicas sobre su vida en función de sus condiciones ambientales. Esto, dicen, es lo que provoca que algunas vivan rápido, mueran jóvenes y dejen tantos polluelos como sea posible, mientras otras viven mucho tiempo y prosperan al no reproducirse. 

La biorobótica es una rama de la ingeniería que se mezcla con la biología para desarrollar sistemas con características biológicas o que pueden interactuar con organismos biológicos. La biorobótica cubre varios aspectos, en ella se engloba, por ejemplo, la creación de prótesis para gente que ha sufrido amputaciones (por accidentes, malformaciones, tumores…).

En los animales, muchos movimientos, como caminar o reaccionar a estímulos repentinos, no requieren una intervención directa del cerebro.

Asimismo la biorobótica también investiga el trasplante de órganos creados mediante una combinación de células madre (biotecnología) y biorobótica, que buscan acabar con el rechazo a los órganos trasplantados. La biorobótica no solo puede aplicarse al ámbito de la salud, también estudia el desarrollo de robots basados en animales.

Los cereales están en gran parte de los alimentos que ingerimos a diario: en el pan del desayuno, en la pasta del almuerzo y en las galletas de la merienda. Pero lo que pocos saben es que su calidad y sostenibilidad dependen de una batalla invisible que ocurre bajo tierra. En esta historia, los protagonistas son los microorganismos del suelo y los fertilizantes, cuyo equilibrio puede marcar la diferencia entre un cultivo abundante y un ecosistema en crisis.

 La ciencia busca nuevas estrategias que optimicen el uso de fertilizantes sin dañar el medio ambiente.

Fertilizantes: ¿héroes o villanos?

Desde hace décadas, los fertilizantes han sido la clave para alimentar a una población en crecimiento. Gracias a ellos, los cereales han alcanzado rendimientos extraordinarios, garantizando el suministro de alimentos. Pero su uso excesivo ha traído consecuencias preocupantes: contaminación del agua, emisión de gases de efecto invernadero y pérdida de la fertilidad natural de los suelos.

Burkina Faso, Malí, Mauritania, Senegal, Chad, Sudán, Nigeria y Níger son algunos de los países que se pueden encontrar en la región del Sahel. Situada en África Occidental, se trata de «una de las zonas más vulnerables a los impactos del cambio climático». O, por lo menos, así lo define Rubén Expósito, técnico de programas de la oenegé Plan Internacional y especialista en esta zona.

La inseguridad alimentaria, la escasez de agua y la pérdida de ingresos familiares está limitando su acceso a la educación.

La pobreza, el hambre y la inestabilidad, exacerbadas por el cambio climático, no cesan. Las condiciones extremas, tampoco. Las sequías prolongadas, las precipitaciones erráticas y las inundaciones están deteriorando los medios de vida de millones de personas, mientras el riesgo de desplazamiento forzado no deja de aumentar.