Durante el verano de asfixiante calor, la caída de unas gotas de lluvia en forma de tormenta veraniega es algo más que apetecible. Y más si es un fenómeno que ocurre tras unos días o semanas de sequía, en la cual la vegetación está necesitada de hidratación y la lluvia regala un espectáculo de aromas y olores a tierra mojada y humedad deleitoso para todos los olfatos.
Con la llegada de la lluvia tras periodos de sequía, el ambiente se torna de un fuerte y satisfactorio olor «a tierra mojada» o «a tormenta».
Porque sí, esos olores que captas durante los momentos de precipitaciones son reales y, de hecho, tienen una explicación científica y hasta un nombre: el petricor. Sin embargo, el aroma está compuesto de una combinación de diferentes sustancias más allá del propio petricor. Te explicamos cuál es el funcionamiento de la tierra y la naturaleza durante las sequías y a qué se debe ese característico «olor a lluvia».
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