Científicos de Suiza, Alemania y Francia han estudiado el funcionamiento de los ojos de los insectos a fin de diseñar y fabricar los primeros ojos compuestos artificiales de superficie curvada en miniatura plenamente funcionales. Esta innovación presenta un elevado potencial industrial en los campos de la robótica móvil, la confección inteligente y las aplicaciones médicas.
Científicos europeos han estudiado los ojos de los insectos a fin de crear los primeros ojos compuestos artificiales de superficie curva plenamente funcionales.
Según han explicado los expertos, en el futuro, el ojo compuesto artificial podría utilizarse en ámbitos en los que resulta primordial detectar el movimiento panorámico. Así, por ejemplo, se podría colocar un ojo compuesto artificial flexible alrededor de los automóviles con miras a una detección eficaz de obstáculos. Por ejemplo, durante las maniobras de estacionamiento, en la orientación automatizada de vehículos o para la detección de vehículos o peatones que se acercan demasiado.
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