El H2Med es una trampa para la transición energética. Así lo consideran Greenpeace y Fundación Renovables. Para las organizaciones, la propuesta actual del hidrógeno está sobrevalorada y supone el mantenimiento del estatus del modelo actual y de una política energética concesional con los grandes grupos energéticos, cuyo objetivo es la captación de fondos Next Generation EU.
Creen que responde más a la demanda del sector gasístico que a los intereses reales de la sociedad.
En su análisis ‘Desmontando el hidrógeno: H2Med, coartada para una falsa transición energética’ advierten de que la futura infraestructura es una trampa que amenaza el modelo de transición energética al desviar los recursos y las prioridades de un desarrollo de las energías renovables de alta eficiencia y respetuoso con las personas y la biodiversidad.
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