Los planes de Teresa Ribera para impulsar las energías renovables en España se llevaron este martes un serio varapalo, a pesar de las facilidades, que van a ir a más, para estas instalaciones. La cuarta subasta para la asignación del Régimen Económico de Energías Renovables (REER), que se celebró este martes, se cerró con la adjudicación de 45,5 megavatios (MW) de los 3.300 MW que se pusieron en juego, lo que supone un ínfimo 1,37%.
En concreto, se subastaba una potencia de 3.300 MW para doce años, de los cuales 1.800 MW estaban reservados para la tecnología fotovoltaica y 1.500 MW para la tecnología eólica. Sólo se adjudicaron 20 MW para Elawan y 25,5 MW para Nearco Renovables (Forestalia). El precio medio pactado fue de 42,78 euros/MWh, con un máximo de 45,12 euros/MWh y un mínimo de 39,88 euros/Mwh. La anterior subasta de este tipo celebrada el pasado 25 de octubre ya dejó sin adjudicar buena parte de los megavatios en juego.
El objetivo de alcanzar 40 GW de eólica para 2025 se antoja complicado.
El Gobierno culpa a la guerra de Ucrania
Las subastas responden al cumplimiento de los objetivos de renovables del Gobierno, incluidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), que prevé la instalación de unos 60 gigavatios (GW) de potencia renovable, con el objetivo de llegue a producir un 74% de toda la electricidad del país. El resultado del martes supone un mazazo para el Ministerio de Transición Energética, que se apresuró a atribuir lo ocurrido a la inflación y la guerra de Ucrania.
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