Cumplir con la hoja de ruta marcada por los Acuerdos de París no es sencilla ni tampoco barato. Cambiar el modelo energético y productivo para tachar los hitos de una descarbonización de la economía tiene su coste. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) pone la cifra: 150 billones de dólares durante los próximos 30 años, es decir, 5 billones anuales para conseguir 0 emisiones.
Esta es la meta marcada para 2050 y «mantener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de 2°C por encima de los niveles preindustriales», asegura el pacto firmado en la Cumbre del Clima de París de 2015.
Economía y clima son dos términos cada vez más unidos. Investigadores del Instituto de Integridad Política de la Universidad de Nueva York señalan que los daños económicos derivados del cambio climático alcanzarán los 1,7 billones de dólares al año en 2025 y ascenderán hasta aproximadamente 30 billones de dólares al año (el 5% del PIB mundial previsto) en 2075 si se mantiene la actual tendencia de emisiones.
Economía y clima son dos términos cada vez más unidos.
Al otro lado de la balanza, académicos del mismo gremio ponen coste a las políticas de cero emisiones. Los analistas de BloombergNEF elevan la factura de la AIE y la llevan hasta los 174 billones de dólares o 5,8 billones al año. Cifras que, a priori, son incompatibles con un crecimiento econó
Una premisa que ahora vuelve a certificar Paul Ekins, profesor de Recursos y Política Ambiental de la University College London, en un artículo publicado en Oxford Open Energy. La investigación de este académico, basada en el estudio de sistemas energéticos y modelos macroeconómicos, concluye que «reducir las emisiones de carbono no perjudicará el crecimiento económico».mico robusto. «La búsqueda de cero emisiones es compatible con un crecimiento económico constante», contraponía Hideo Noda, profesor de economía en la Universidad de Ciencias de Tokio, en 2021.
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