El activismo humanista y la gestión de los sistemas acuíferos e hidrológicos son las constantes que guían a Annelies Broekman desde su infancia. Nacida en tierra de diques y canales, Bélgica; formada en ingeniería y doctorada en Economía Agrícola en Bolonia; y máster en Gestión Integrada del Agua por la Universidad de Zaragoza, desde 2013 es miembro del grupo investigación sobre Agua y Cambio Global del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona. La trágica DANA de Valencia, advierte, es una llamada para reconsiderar nuestra relación con el agua.
«Estamos viendo cosas nunca vistas antes en la interacción del clima con la física del planeta».
El activismo humanista y la gestión de los sistemas acuíferos e hidrológicos son las constantes que guían a Annelies Broekman desde su infancia. Nacida en tierra de diques y canales, Bélgica; formada en ingeniería y doctorada en Economía Agrícola en Bolonia; y máster en Gestión Integrada del Agua por la Universidad de Zaragoza, desde 2013 es miembro del grupo investigación sobre Agua y Cambio Global del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona. La trágica DANA de Valencia, advierte, es una llamada para reconsiderar nuestra relación con el agua.
Se ha dicho que una DANA como la del 29 de octubre solo ocurriría una vez cada mil años de no existir el cambio climático antropogénico. ¿La previsión es que fenómenos de esta intensidad se vuelvan más frecuentes?
Desafortunadamente, es así. Todos los modelos climáticos indican una misma tendencia, el incremento de la temperatura del aire. Y esto a su vez implica múltiples otros cambios.