Hace tres años, Susana se vio forzada a renunciar a su profesión como azafata de vuelo a causa de una afección que le impedía desenvolverse cómodamente en las alturas y le alertaba de que su cuerpo necesitaba pisar tierra firme.
Buscando nuevos alicientes a su vida se inscribió en sendos cursos de horticultura y emprendimiento en un centro ambiental del Valle del Lozoya (Madrid), y “uniendo ambos conceptos” comprendió que la tierra no le iba a dejar sentir nostalgia por el cielo.
La tierra: naturaleza por los cuatro costados.
Un proyecto social y ecológico
De esta manera surgió la Asociación Agroecológica Albalá para la Inclusión Social, “un proyecto para proporcionar empleo y formación en agricultura ecológica a personas en riesgo de exclusión social”, que Susana de Eusebio dirige desde hace dos años junto con sus socios, Gabriel Ostolaza y Carlos Almohalla.
Los beneficiarios son fundamentalmente “personas que han superado un tratamiento de desintoxicación, siempre referenciadas por una organización”, ha explicado a Efe Susana, como los cinco que hasta el momento han sido remitidos por Proyecto Hombre de Guadalajara.
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