Referimos en Hispanidad el desastre de la ‘talibana’ verde Teresa Ribera, que quería ser la estrella en la COP28, mientras en España falta regulación que impulse las renovables. Ahora que la Cumbre del Clima celebrada en Dubái ya ha terminado, se sabe que no ha logrado lo primero, pues el que ha triunfado ha sido Ignacio S. Galán, presidente de Iberdrola. Y en el entretanto, el sector energético se ha plantado, exige menos palabrería ecológica y mucha más inversión en redes de transporte y distribución de electricidad, un tema que es urgente y clave para que avance la transición energética.
La vicepresidenta tercera insiste en querer ser la más verde del planeta, presume de la mini-reforma del mercado eléctrico europeo y sólo apuesta por las energías renovables.
La vicepresidenta tercera insiste en querer ser la más verde del planeta, pero no ha dudado en usar el avión para viajar a Dubái: debería haber usado una combinación de paseo a pie, bicicleta eléctrica -medio de transporte en el que Ribera tiene experiencia, al igual que Pedro Sánchez (quien prefiere el caro y contaminante Falcon), el nuevo y polémico ministro Óscar Puente y el ya ex comisario europeo Frans Timmermans-, velero, camello o caballo, etc. También deberían haber prescindido del jet privado otros líderes y delegados que han acudido a la COP28 para ser más coherentes en su lucha contra el cambio climático, y deberían haber adoptado una planta para reducir su huella de carbono, como ha hecho el diputado asturiano Javier Jové Sandoval (Vox)… y sin olvidar que la idea progre que se está extendiendo es que la mejor solución es erradicar la raza humana. ¡Empiecen a dar ejemplo, señores líderes!
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