Los cereales están en gran parte de los alimentos que ingerimos a diario: en el pan del desayuno, en la pasta del almuerzo y en las galletas de la merienda. Pero lo que pocos saben es que su calidad y sostenibilidad dependen de una batalla invisible que ocurre bajo tierra. En esta historia, los protagonistas son los microorganismos del suelo y los fertilizantes, cuyo equilibrio puede marcar la diferencia entre un cultivo abundante y un ecosistema en crisis.

La ciencia busca nuevas estrategias que optimicen el uso de fertilizantes sin dañar el medio ambiente.
Fertilizantes: ¿héroes o villanos?
Desde hace décadas, los fertilizantes han sido la clave para alimentar a una población en crecimiento. Gracias a ellos, los cereales han alcanzado rendimientos extraordinarios, garantizando el suministro de alimentos. Pero su uso excesivo ha traído consecuencias preocupantes: contaminación del agua, emisión de gases de efecto invernadero y pérdida de la fertilidad natural de los suelos.
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