El lehendakari, Imanol Pradales, dio la voz de alerta en una entrevista concedida a La Vanguardia : “Tenemos un embudo, porque el Estado no es capaz de gestionar la sobredemanda eléctrica. Y se nos están parando inversiones estratégicas”. Cinco meses después, la cuestión no solo no se ha solucionado, sino que se ha agravado. Las empresas llaman la puerta del Gobierno vasco con insistencia. “Dónde está el enchufe”, preguntan. Y el PNV ha dado un golpe encima de la mesa.

El lehendakari quiere hacer bandera del relanzamiento industrial, pero crecen los problemas de suministro eléctrico.
La descarbonización de la industria y los proyectos en ciernes ligados a la nueva economía requieren una demanda creciente de megavatios. Se trata de proyectos vinculados a la inteligencia artificial o a los data centers , pero también de inversiones en ámbitos como el metal o la automoción. Las necesidades de suministro eléctrico son brutales por la coincidencia temporal de los procesos que miran a los objetivos de neutralidad climática y la llegada de esas nuevas inversiones. Y la red no responde a las expectativas.
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