En las profundidades del océano, donde la vida parece escasa y la presión es extrema, ocurre un proceso asombroso que pasa desapercibido. Las ballenas, esos majestuosos cetáceos, no sólo son esenciales para la biodiversidad marina, sino que también tienen un impacto crucial en la salud del planeta.
Las heces de ballena son únicas porque contienen hasta siete veces más nutrientes que el agua de mar circundante.
Aunque pocos lo saben, el papel de las ballenas va más allá de ser simples habitantes del océano. Un estudio ha sacado a la luz cómo estos animales contribuyen a la reducción de dióxido de carbono en la atmósfera.
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