Quizá no te lo hayas planteado nunca, pero lo cierto es que la sociedad y los grandes avances de la historia se han movido a ritmo de revolución. El ferrocarril, las carreteras o los vuelos con motor cambiaron nuestra forma de movernos. Y sí, estas tres revoluciones tienen algo en común: el transporte. Y el transporte puede ser claramente visible, como en los ejemplos que acabamos de poner, o menos visible, pero igual de importante. En el capítulo 10 de Futuro Eléctrico, el pódcast de Endesa y El Confidencial para impulsar la electrificación en España, hablamos de las redes eléctricas y el transporte y la distribución de la electricidad.
Objetivos: independencia energética y renovables.
La electricidad, en nuestra vida, se aparece como algo casi mágico: pulsamos un interruptor y ‘clic’, ahí tenemos la luz. Encendemos un botón y ‘clic’, ahí están funcionando nuestra nevera, nuestra lavadora, el secador de pelo, el cargador del móvil o el robot aspirador. Sin embargo, la electricidad, como todo, necesita ser distribuida desde el punto en el que se genera hasta los hogares, grandes empresas, industrias y pequeños negocios, y alguien tiene que encargarse de ello.
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