Una capa negra impregnó hace 12 años cada rincón de los montes de Cortes de Pallás, en la provincia de Valencia. Un incendio forestal provocado por la negligencia de dos trabajadores en la instalación de unas placas solares arrasó casi 30.000 hectáreas de bosque, en el que fue uno de los incendios forestales con mayor afectación desde que hay registros. Hasta hace unos años, la opción más recurrente para paliar los daños de las llamas era la reforestación masiva; ahora, la apuesta que emerge como alternativa preferida es la restauración ecológica..
Un proyecto de WWF trata de reparar la zona afectada por el fuego en Cortes de Pallás en 2012 mediante el desbroce de pinos y la recuperación del ganado.
Esta persigue un doble objetivo: recuperar la vegetación degradada o destruida y ser un escudo ante los posibles incendios del futuro. El desbroce y el clareo para eliminar las hojas y las ramas caídas, la transformación de los bancales abandonados en zonas de pasto o los núcleos de dispersión y reclamo de especies son algunas de las acciones que contribuyen a este método por el que abogan desde la organización WWF, según explicaron este martes desde la localidad valenciana en la presentación del informe Prevención de incendios: la restauración como herramienta, en el que hacen balance del daño del fuego en 2023.
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