Las piedras hablan». A Luigi Lineri le hablan. Lleva sesenta años en una larga conversación con ellas. Cada día camina por las orillas del río Adigio y por las montañas de Lessinia, en Verona, y busca guijarros que le ‘digan’ algo, por su forma, su textura, su ‘sonido’. Y los guarda y los clasifica según su forma. Tiene millones de piedras en su taller. Son la base de su proyecto La ricerca (‘La búsqueda’), nombre que también da título al documental que cuenta su particular odisea.
El italiano Luigi Lineri acumula millones de guijarros desde hace sesenta años. Es su propuesta artística y vital: ‘la búsqueda’.
Y es que el coleccionismo de Lineri podría parecer un trastorno de Diógenes, pero es una propuesta artística, casi metafísica. Nacido en 1937 en Albaro di Ronco all’Adige (Verona, Italia), fue el tercero de doce hermanos. Su padre era sacristán y él pasó su infancia interno en un colegio en las montañas. Cuando regresó a casa, sintió una especial afinidad por su abuela, analfabeta, pero depositaria de los valores rurales tradicionales. A los 20 años comenzó a escribir poesía y a trabajar en artes plásticas. Recibió varios premios nacionales de poesía, y sus pinturas y cerámicas fueron expuestas en el Museo del Art Brut de Lausana (Suiza). En 1963 comenzó a coleccionar guijarros con formas humanas y animales, que le recordaban a las esculturas prehistóricas.
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