El deshielo provocado por el cambio climático está afectando a la rotación de la Tierra. La redistribución de las masas heladas ahora líquidas estaría frenando el giro del planeta sobre su eje como si fuera un patinador que alarga los brazos. El fenómeno, que se une a otros que están afectando al movimiento terrestre, como el frenazo en el núcleo, tendrá su impacto en el tiempo, aumentando la falta de sincronía entre el tiempo universal y el atómico.
La alteración afectará a la sincronía entre el tiempo astronómico y el marcado por los relojes atómicos.
Las matemáticas dicen que un día tiene 86.400 segundos, pero se equivocan. Los días en la Tierra no tienen esa exactitud en su duración porque la rotación terrestre no es regular. Entre los factores que intervienen en esta irregularidad están la fricción de las mareas o el hecho que el planeta no sea una esfera sólida, sino que esté formada por diferentes masas sólidas o líquidas, tanto en su superficie como en el interior.
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