Abordar los cuellos de botella de la tecnología de transición energética con materiales sustitutivos, innovación, desarrollo de infraestructura y regulación será crucial para lograr los objetivos de cero neto. Estos pretenden limitar el calentamiento global a muy por debajo de los 2°C anteriores a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a 1,5 °C, en línea con el Acuerdo de París.
La energía limpia podría representar hasta un 85% de la generación global de energía para 2050 en un escenario de compromisos cumplidos.
Ésta es una de las principales conclusiones que se desprende del nuevo informe Perspectiva Mundial de la Energía (Global Energy Perspective 2023) elaborado por McKinsey & Company, en el que se analizan las perspectivas para la demanda y el suministro de productos energéticos en una trayectoria de 1,5°C y se ofrecen cuatro escenarios de transición energética ascendentes.
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