En la naturaleza no se desperdicia nada, ni siquiera una huella.
Resulta que las huellas de elefante asiático hacen las veces de criaderos de huevos de ranas y renacuajos durante la estación seca en Birmania, según un estudio en la revista Mammalia publicado en versión impresa el mes pasado.
Como ingenieros del ecosistema, las huellas de los elefantes se convierten en criaderos para ranas y los tejedores republicanos construyen «condominios» a gran altura.
Algunas huellas no tenían mucha capacidad, «quizá la del agua que cabe en una lata de refresco», escribe el coautor David Bickford, biólogo de la Universidad de LaVerne, en California, por email. Sin embargo, a veces varias huellas «se disponían en “franjas” y, por consiguiente, eran más atractivas para que las hembras pusieran sus huevos en ellas».
102 Me gusta