Clément Damiens, un pastor en Champis, Ardèche, se encontró en una situación crítica debido a la necesidad de agua para sus 500 ovejas. Ante la insuficiencia de los recolectores de agua de lluvia convencionales, tomó la iniciativa de cavar fosos en su granja, creando así depósitos naturales de agua de lluvia.
Esta idea no solo proporciona agua para sus ovejas, sino que también mejora la calidad del pasto mediante la irrigación.
¿Plantar agua de lluvia? ¡Qué idea más extraña!
¿Cómo funciona la técnica?
La técnica consiste en cavar fosos que capturan el agua de lluvia antes de que esta alcance los arroyos.
En temporadas de lluvias intensas, estos fosos ralentizan el flujo del agua, permitiendo su infiltración en el suelo y mejorando la retención de agua en el terreno. Esto no solo beneficia a las ovejas de Clément, sino también a la calidad del pasto y la biodiversidad local.
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