Obtener el mapa completo de las conexiones neuronales, el conectoma humano, supone uno de los desafíos tecnológicos más grandes en la historia de la humanidad. Muy probablemente, el mayor reto científico para este siglo XXI. Habrá quien piense que es una exageración, pero no lo es: implicará el trabajo de generaciones de neurocientíficos y (ojalá me equivoque) no lo veré completado.
Se necesita un nuevo marco legal internacional de derechos humanos dirigidos específicamente a proteger el cerebro y su actividad.
Conseguirlo exige el desarrollo de neurotecnologías para cartografiar las neuronas y sus conexiones funcionales. Pero esas neurotecnologías también podrían aplicarse con otros fines, algunos terapéuticos y otros que trasciendan el ámbito de la salud. Por eso, en paralelo al proyecto, se necesita un nuevo marco legal internacional de derechos humanos dirigidos específicamente a proteger el cerebro y su actividad.
41 Me gusta