En 2018, dos investigaciones separadas llegaron a la misma conclusión: el sistema circulatorio del planeta se estaba debilitando. El principal conjunto de corrientes oceánicas que llevan inmensas cantidades de aguas desde los mares tropicales a los del norte se estaría ralentizando debido al impacto del cambio climático. El último informe de los expertos de Naciones Unidas (el IPCC) publicado este año llegó a la misma conclusión. Pero ahora, un nuevo trabajo va más allá, apuntando que la llamada circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) colapsará en las próximas décadas si no se reducen ya las emisiones de gases de efecto invernadero. Incluso le ponen fecha, en torno a 2057. Sin embargo, otros científicos sostienen que no hay suficientes datos para esperar el colapso.
Un estudio sugiere que el mecanismo de transporte de aguas del Atlántico, decisivo a escala global, amenaza con detenerse con el actual efecto de las emisiones.
Todos los que se bañen estos días en la playa pueden hacerse una idea de cómo funciona la AMOC. Al adentrarse unos metros en el agua, notarán que la capa más superficial está caliente, mientras que las más profundas están más frías. En ese punto se debe al impacto directo de la radiación solar. Pero a escala global es algo más complejo.
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