Pensamos en los sentidos de otros organismos desde nuestro punto de vista humano. Sin embargo, en poco más de una generación la capacidad que tienen algunos animales de orientarse mediante el sonido (ecolocalización) o de hacerlo a través de los campos magnéticos (magnetorrecepción) han pasado de ser superpoderes esotéricos a convertirse en fenómenos científicos comprobados. Es posible que con las capacidades ultrasensoriales de las plantas se esté repitiendo la historia.
Las plantas no tienen ni aparato auditivo ni un sistema nervioso o algo parecido a una unidad central de procesamiento que dé sentido a los sonidos.
En el caso de la audición, si fijamos las reglas de juego estableciendo que nuestra capacidad sensorial reside en un sistema nervioso animal, entonces llegaremos a la conclusión de que los organismos que carezcan de él serán incapaces de registrar cualquier percepción auditiva. Pero éste podría ser un juicio equivocado.
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