La famosa serie de datos, obtenida en el observatorio de Mauna Loa, en Hawái, sigue cumplimentándose a diario desde 1958 y demuestra la vinculación entre el aumento de CO₂ y el calentamiento global.
La primera científica en predecir que el aumento de las concentraciones de CO₂ en las capas altas de la atmosfera podía dar lugar a un recalentamiento del clima de la Tierra fue la climatóloga estadounidense Eunice Newton Foote, quien en 1856 expuso su teoría, basada en una serie de experimentos caseros, ante la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. Su conclusión final fue que «un aumento de las concentraciones de CO₂ en las capas altas de atmosfera podría provocar su recalentamiento».
La famosa serie de datos, obtenida en el observatorio de Mauna Loa, en Hawái, sigue cumplimentándose a diario desde 1958.
Aunque a decir verdad, no fue ella misma quien defendió sus conclusiones, sino que tuvo que hacerlo a través de un colega varón, ya que en aquel tiempo en Estados Unidos las mujeres de ciencia no podían exponer el resultado de sus trabajos. En todo caso, el aviso de Foote se produjo hace 167 años.
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