Cerca del polo Norte, entre los 74 y los 81 grados de latitud norte, donde en verano las máximas no superan, de media, los 5°. En esta zona remota se encuentra el archipiélago noruego de las Svalbard, que alberga la que se conoce como la ‘bóveda del fin del mundo’, un almacén de seguridad que guarda más de un millón de muestras de semillas de todos los rincones del planeta que representan más de 10.000 años de historia agrícola.
En las próximas dos décadas el rendimiento de los cultivos alimentarios de todo el mundo caerá un 33% por culpa del aumento de las temperaturas, las plagas y los mayores niveles de salinidad del suelo.
Cada una de estas muestras contiene varias unidades de semillas, con lo que la instalación almacena, en total, centenares de millones de ellas. Desde 2008, que fue cuando se inauguró el depósito, han ido llegando aquí para que, en caso de una catástrofe global, pueda salvarse la agricultura.
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