El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) lleva varios años elaborando detallados informes sobre sus devastadoras consecuencias en el planeta. Esta institución también hace hincapié en las posibles estrategias a seguir a fin de combatir este grave problema, recomendaciones que a la postre son las que deberían inspirar a los gobiernos en sus decisiones finales. Hoesung Lee, director del IPCC, afirma que las conclusiones de este informe representan una urgente y clara advertencia acerca de las nefastas consecuencias de la inacción y que las “medidas a medias” que toman la mayoría de países no son suficientes para frenar las consecuencias del cambio climático global.
Según el último informe del IPCC, la España del año 2050 será mucho más cálida y seca. Debido al estrés hídrico que sufrirán muchas regiones, la península ibérica deberá enfrentarse a un reto en el que el agua será un bien escaso.
El reto del cambio climático en España
Con los años, las evidencias del impacto que tendrá en las vidas de las personas el cambio climático se han ido acumulando. Los más de 3.500 folios del informe Cambio Climático 2022: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad del Grupo de Trabajo II del Panel Internacional sobre Cambio Climático detallan el efecto que, según las evidencias actuales, va a tener sobre España. En el informe se pone de relieve cómo el cambio climático afecta a los ecosistemas y a los sistemas económicos y sociales, y en el caso concreto de España esta relación pasa necesariamente por la agricultura y la disponibilidad de agua. La creciente demanda de agua puede agotar los acuíferos y reducir drásticamente los regadíos, causando un gran impacto económico en otros sectores como el del transporte o en la generación de energía hidroeléctrica. Por otra parte, si las emisiones de CO2 en la atmósfera se mantienen altas en nuestro país y no logran reducirse, según un estudio de la UE, presentado en el mismo informe del IPCC, siete millones de personas acabarán viviendo en zonas con escasez hídrica con el consiguiente efecto negativo (en la actualidad, las sequías ya cuestan 1.500 millones de euros, según el mismo estudio), unos daños que, según una estimación publicada en 2021en la prestigiosa revista Nature, aumentarán en un 250 por ciento.
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