Garantizar una alimentación sin carencias nutricionales para toda la población mundial sin devastar el planeta. Ese es el mayúsculo reto al que se enfrenta la humanidad. Y una de las claves para lograrlo pasa por adoptar a los insectos como principal fuente de proteínas. Pero para ello, primero hay que vencer el rechazo visceral que estos bichos provocan en muchas personas. La patata, Antoine Parmentier y Justus von Liebig pueden contribuir a ello.
Los insectos son ricos en proteína y minerales y poseen ácidos grasos y aminoácidos de interés.
Insectopía 2050
Uno de los principales retos que enfrenta en el momento actual la sociedad es alcanzar a escala global una dieta sostenible medioambientalmente, es decir que sea capaz de proveer de los nutrientes necesarios a los casi 10.000 millones de personas del planeta sin acabar con sus recursos y devastarlo.
De la mano del anterior, otro reto, no menor, es erradicar el hambre y/o las carencias nutricionales -carencias que se reflejan en gran medida en un déficit de proteínas animales en la dieta- que todavía hoy padece un porcentaje significativo de la población mundial. Un reto que cobra mayor urgencia en esta época de crisis económica, en la que cada vez más familias viven en el límite o por debajo del umbral de la pobreza.
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